viernes, 30 de agosto de 2019

Diario Negro de Buenos Aires de Buenos Aires

Una reseña por Martín Corona Alarcón publicada en la columna #AndardeJuglar en Periódico El Popular de Puebla.

No voy a decir nada material, 
es sólo que tengo una sensación 
de angustia mi amor. 
Porque me voy a ir de la ciudad, 
que es mi ciudad…
Santiago Behm

Corrían los 90 cuando algunos exponentes del Rock Mexicano comenzaron a convertirse en Rock en tu Idioma, cuando los productores que en Argentina posicionaron al género como el sonido de la nación comenzaron lentamente a meterse en el mercado sonoro dominado por las baladas asquerosas que impuso televisa. Los discos de nuevas bandas llegaban a esos extintos espacios de felicidad: las tiendas de discos, pero los empleados nunca supieron dónde colocarlos, pues no existía una categoría para ellos. Así que había que surfear entre los más extraños acetatos y cassettes para encontrar la aguja en el pajar.

En esas encontré al Juguete Rabioso, una banda inclasificable. No entendías si eran chicos sudamericanos tocando en México o mexicanos muy influenciados por el Rock Nacional del país del sur. Pero sus letras eran maravillosas y potentes, tuvieron un sencillo que sonó en la radio y de pronto desaparecieron. Al igual que muchos grupos de aquella época que, después del boom del Rock en tu Idioma se les retiró el contrato y, como buena industria mainstream, las discográficas se dedicaron a invertir sólo en un par de grupos a los que les vieron más negocio. Sin embargo, su Canción de Ciudad, escrita por Santiago Behm bajista de la banda,se me quedó tatuada en el corazón; la potencia de la interpretación y mis ansias juveniles por dejar el terruño la colocaron en el soundtrack de mi vida.

Muchos años más tarde, el gran amigo Luis Martínez del grupo Bandula publicó que estaba tocando en el regreso de aquella legendaria banda. No dudé ni un momento en rastrear en redes sociales y dar con el vocalista y autor de muchas de sus canciones: Federico Bonasso. Ahí me “cayó la ficha”, nacido en aquella Argentina que da mucho pudor recordar, hijo de la generación que vivió la angustia y el horror del destierro, el miedo cotidiano y la muerte. Llegó a México en la adolescencia y estas latitudes lo acogieron como su país.

Entendí entonces las letras y la música del Juguete Rabioso, sus referencias literarias y esa nostalgia con olor a húmedad del Río de la Plata. El ser de un sitio y vivir en otro, la saudade por una ciudad que no existe más, el deseo de volver a un espacio del ayer, recogiendo pasos que ni siquiera hemos dado nosotros mismos.
Apenas hace un par de días, en Facebook me apareció la portada de Diario negro de Buenos Aires en el muro de Federico y fui a comprarlo. La colección que lo publica Reservoir Books me recordó aquellos años 90 en que sus páginas trajeron a México una literatura ultra violenta y gore que marcó generación.

Y comencé a leer sin poder parar. Una novela ágil y honesta desde la voz de un argen-mex que mezcla con honestidad algún que otro pedazo de lunfardo aderazado con la chingadera mexicana. Una confesión y pequeñas anécdotas que van de lo gracioso y burdo que puede resultar enfrentar las costumbres de un pueblo, hasta lo grotesco del racismo y el sinsentido racional de las búsquedas esotéricas para mostrarnos un mapa íntimo de la nostalgia del desarraigo.

Federico (el alter del autor) nos cuenta que, desde pequeño, eso que llamamos el “yo mismo” estuvo sometido al cambio constante: En el encierro recibíamos entrenamiento también: estudiábamos el mapa de un pasado nuevo que ellos habían inventado por si alguna vez nos enfrentábamos a un interrogatorio. O porque íbamos a salir del país otra vez. Sin embargo, este diario negro nos muestra la búsqueda de quien anhela volver a ser, pero se enfrenta a un laberinto de habitaciones oscuras, perros y cadáveres.

El narrador, ese joven que los 30 ha pasado la mitad de su vida huyendo y la otra en el exilio, se auto define en ese franco pesimismo de héroe tanguero:

¿Y qué haces vos, che?
Hice canciones.
¿Hiciste? ¿Ya hora no hacés más?
Sonreí.
Creo que lo único que valía la pena eran las letras —contesté—. Guardé las letras para ver qué puedo hacer con ellas.

El rompecabezas de metáforas ocultas en cada pequeña anécdota queda fijo en la emoción oscura que nos ofrece ste diario, dejándole al lector que busque las piezas en las referencias a la obra de su autor: las canciones, las películas y, sin duda, los próximos libros que nos ofrecerá.

Aquí no está la crónica detallada del desarraigo, la lágrima fácil de quien retorna a Ítaca cuando ya ha sido derruida y sobre ella construyeron un mini súper atendido por chinos. En las páginas de Diario negro de Buenos Aires está la velocidad narrativa de un escritor de los 90, la potencia violenta de un ojo crítico que se sabe dentro de su propio laberinto y, sobre todo, la apuesta de crear un monstruo de retazos que, sólo al verse completo, cobra sentido.
El lector hábil encontrará una escritura vigente y poderosa, no sólo el registro de la voz de un hijo del exilio, sino la re interpretación de quien decidió transformar la ciudad que habita, pero no aquella construida de edificios, casas y habitaciones; sino la ciudad interior de pequeñas historias que se entrelazan, se comunican o, simplemente, van como islas en el gran viaje de la existencia.

Diario negro de Buenos Aires es una novela que agradecemos con cariño quienes amamos el sur, quienes sobrevivimos a tanto caos de las bromas pesadas que nos sigue jugando la historia en nuestra Latinoamérica tan viva e inasible.


miércoles, 21 de agosto de 2019

El Misterioso Asesinato del Doctor Thallomius

Este texto apareció en Diario El Popular de Puebla el jueves 15 de agosto de 2019
#AndardeJuglar

Una reseña de Martín Corona Alarcón

Me encanta cuando las novelas para jóvenes logran crear un mundo único, cuando puedo entrar en la puerta de esa casa o mirar con calma por una ventana y logró sentir el bosque y su frialdad. Eso, justo eso, me regaló “El misterioso asesinato del Doctor Thallomius”. Cuando comencé a leerla supe que era un viaje del que llegaría al final con una sonrisa, pero fue hasta recorrer la mayor parte del camino que sentí una gran sorpresa.
Nicki Thornton nos ofrece una novela donde se mezclan ingredientes que fascinan a casi todos los chicos de la actualidad: magia, misterio, acción y la lucha constante entre la tradición y las nuevas maneras de asir la realidad. En ella podemos conocer a Seth y quererlo montones por su calidad humana y su espíritu de servicio. Las acciones se desatan cuando le avisan que en el hotel donde él es un empleado (bueno, es casi un esclavo) se realizará una reunión muy especial, que resulta extraordinaria y desata las aventuras.
No adelanto nada si les cuento que el centro de la novela es un asesinato, el título español lo expone con claridad. Hago la aclaración porque en su título en inglés la novela se llama: “El hotel última oportunidad”. En sus páginas, a la manera de las novelas de misterio clásicas el eje será descubrir al autor del crimen, sin embargo la aparición de la magia y descubrir el universo que rodea al protagonista será sin duda un aporte esencial.
Me gusta mucho cómo la autora logra plasmar las relaciones de poder entre la chica, hija de los dueños, y el joven héroe con sus valores de amabilidad y cordialidad. Bajo esta manera de relación que ya queremos erradicar de nuestro mundo y lo mejor es que en el libro esos modos quedan anulados, del modo como quisiéramos pasara en la realidad.
Otro aspecto que me encantó fue la visión de “la magia”, porque en “El misterioso asesinato de Doctor Thallomius” una de las ideas centrales es el conflicto entre la tradición y la apertura a lo nuevo. En el universo que plantea la novela la magia es un secreto guardado por unos cuantos, que jamás debe abrirse a extraños, a gente diversa y, mucho menos, a cualquier persona. Esto conserva una estructura cerrada, pero los nuevos tiempos les piden abrir y generar otros vínculos con el mundo externo, sin duda esta idea es la que más me gusta porque en cierta medida es una lucha que muestra pulsos del mundo actual.
Otro aspecto fascinante es que, como las series de la actualidad, se cuenta completa la historia, no deja cabo suelto de todos los misterios que planteó a lo largo de sus casi trescientas páginas; sin embargo, la riqueza de sus personajes y atmósferas permite que se pueda convertir en un universo mucho más amplio, es por ello que no dudo que su autora escriba secuelas o precuelas de “El misterioso asesinato del Doctor Tallomius”.
Cierro esta reseña citando una parte del libro que, me parece, muestra una manera vigente y acorde a nuestros tiempos:
“La magia es complicada (…) Es un poco como cocinar, (…) Algunos siguen una receta con exactitud y aun así no funciona. Unos creen que es porque necesitas nacer con una chispa de algo, alguna habilidad natural. Y sea cuál sea tu habilidad mágica esta puede variar. Pero perfeccionar incluso la magia más sencilla puede tomar meses de estudio y práctica. La magia es, en su mayoría, un arduo trabajo.”
Este libro está ahora mismo en todas las librerías, editado en México bajo el sello Planeta Junior y con versión en e-book desde el sitio planetadelibros.com.mx