lunes, 21 de octubre de 2019

Playmobil la película: Una reseña sin spoilers

Cuando los “playmo fans” vimos que se estrenaría una película de nuestros juguetes favoritos comenzamos a hacernos ilusiones, no muchas porque veníamos de la incomprendida serie Súper 4, que no logró éxito por más que pasara en canales de televisión de cable y hasta en Netflix. El corazón ochentero latía fuertemente ante una producción propia de los desarrolladores de estos muñecos maravillosos que han acompañado a muchas generaciones.

No sé otros espectadores, pero con mi familia tuvimos la sala para nosotros. Algo pasa en la fórmula Playmobil-cine que está por comenzar, a diferencia de Lego que saca películas propias y de todos los personajes de los que compra derechos. Los muñecos de bloquecitos tienen un derroche de historias, adaptaciones, versiones, videojuegos, juguetes, coleccionables y, al final, son la muestra clara de que el juguete hoy es una de las industrias más fuertes del planeta. Sin duda un éxito muy del siglo XXI: mucho dinero invertido en publicidad, equipos y ese derroche económico sólo sirve para obtener una ganancia similar.

De las cosas que más me gustan de Playmobil a lo largo de los años es su afán por seguir haciendo juguetes sin un referente cinematográfico o televisivo, es decir, que hasta hace poco no pagaban derechos de reproducción de personajes famosos. Sin embargo, la industria lo arrasa todo y cayeron en la compra de Cazafantasmas, Spirit y Cómo entrenar a tu dragón. Las tres series de juguetes son entrañables, sobre todo los hermosos dragones, juguete que ya nos habían mostrado durante varios años en colecciones medievales e inspiradas en oriente.

Playmobil la película es un primer acercamiento de esta empresa a la pantalla grande con muy buenos resultados. No veremos el típico tono paródico y gracioso de Lego en esta nueva apuesta de playmo, ellos generan se acercan más a ciertas pautas clásicas del cine para chicos: canciones, escenas familiares graciosas y entrañables, etc. para aterrizar al mundo del juego libre y aventurero que nos regalan estos juguetes desde su creación.

La anécdota es muy simple y quizá ahí está lo más bello. Una hermana tiene que rescatar a su pequeño hermano dentro de un diorama gigante en una exposición. Personajes de todo tipo les acompañan en esa misión. El desfile es hermoso e interminable: romanos, vaqueros, jipis, vikingos, astronautas, dinosaurios, hadas, pegasos y hasta un pequeño robot de los 80 ataca nuestra nostalgia de fanáticos.

Por ahora es una película para fans, no es una historia que se sostenga demasiado firme por sí misma, quizá porque la apuesta es buscar el impacto en la pantalla grande de este formato que, sospecho, apenas se está anunciando. Pues al igual que Lego, el uso de juguetes como personajes puede hacer divertida cualquier anécdota. No olvidemos que Playmobil tiene su propia Enciclopedia de la Historia y por cosas interesantes que contar no podría parar.

A mí me faltó ver más a mis personajes de infancia, el cameo a los astronautas de los 80 no me dejó satisfecho, ni tampoco incluir al robot como parte del equipo protagónico. Sin embargo, creo que Playmobil está generando de a poco un lenguaje único, igual que sus juguetes. Un lenguaje que permita otras historias y maneras diferentes de hacer cine de “muñequitos”.

La innovación es sin duda el elemento más interesante que ofrece Playmo desde su creación, cuando pasó de ser una fábrica de soldaditos de plomo a convertirse en la primera casa productora de muñecos de plástico en Alemania. A diferencia de otras empresas, la casa Geobra no apuesta por la velocidad, ni por la compra de derechos, su estrategia es arraigarnos a los consumidores lentamente, con el tiempo necesario. Pues desde que compras un set, sabes que necesitarás tiempo para armar, para jugar, imaginación para divertirte y pasarás muchas horas dandole vida a cada click (nombre común que se le da al muñequito).

Por lo anterior estoy convencido que Playmobil la Película es la primera de muchas otras experiencias que la empresa nos tiene preparadas. Pero será poco a poco cómo veremos ampliarse el, ya de por sí enorme, universo de Playmobil. Sólo que esta vez hacia senderos más únicos y novedosos, porque pareciera a ratos que nuestros muñecos favoritos van por sus propios caminos en esta gran aventura que es el mercado del juguete y los contenidos del siglo XXI.