lunes, 23 de septiembre de 2019

Los Extintos de Verónica Cossanteli

Una de las fantasías más recurrentes por el cine y los libros de los años más recientes son las criaturas extintas. Desde Jurasic Park hasta el montón de historias con el Yeti como protagonista, todos nos preguntamos: ¿Cómo sería el mundo si las criaturas extintas, imaginarias y fantásticas estuvieran aquí mismo, conviviendo con nosotros?
Esta idea base es el tema central de la novela Los Extintos que la editorial Planeta trae hasta nuestras manos en esta temporada, una novela de aventuras juveniles con un humor extraordinario. George, el protagonista y narrador de la historia, es un chico divertidísimo y aparentemente desenfadado que se la pasa haciendo chistes muy graciosos para contarnos cómo conoció una singular granja llena de animales extraordinarios, las aventuras que pasa junto a sus nuevos amigos y el terrible problema cuando son atacados por una mujer destructiva y malévola.
Rayando en la caricatura y el cine de aventuras, Los Existintos nos regala entre sus páginas reflexiones maravillosas acerca de cómo enfrentar con empatía y cariño las diferencias. Incluso hay momentos muy claves en la novela donde el lector es invitado a reflexionar acerca del cambio de visión del mundo en el siglo XXI.
Antaño, en la Edad Media por ejemplo, era lógico para los humanos que los dragones fueran seres malévolos, representaciones demoniacas cuya vida en sí era una afrenta contra los humanos. Quizá por ello durante muchos milenios la humanidad se encargó de crear armas y maneras de destruir a todo lo que podía oler a peligro. El mito aquel de San Jorge y el Dragón, que está actualizado bellamente en la novela, es la muestra de lo que afirmo. En cambio hoy, cuando los humanos hemos acabado con más del 80 % de la fauna silvestre de la tierra para poder hacemos cargo de lo que hicieron nuestros ancestros, vamos de a poco aprendiendo a respetar todas las formas de vida, sin importar que puedan parecer un peligro para nosotros.
Hoy vivimos en casas cómodas, calientes y seguras, en ellas no hay lugar para bichos venenosos ni grandes bestias amenazantes, quizá por ello comenzamos a respetar la vida tal como está en la naturaleza. El ejemplo más triste de lo estúpidos que hemos sido como cultura es la extinción del Dodo, ese pájaro gigante e inofensivo que se fue para siempre en su isla sólo por que a los hombres que llegaron a “descubrirlos” les parecía divertido usarlos como tiro al blanco.
Una novela divertida, amable y llena de bases para una reflexión profunda es lo que nos regala “Los extintos”, en ella podrán además conocer las historias y mitologías de mosntruos fascinantes. Algunos de ellos provenientes de las leyendas e historias de antaño, pero otros que tienen apenas unos cuantos años que fueron arrasados de la faz de la tierra por la soberbia y la poca empatía humana.
Si eres fan de la criptozoología esta aventura te encantará, pues en ella aparecen versiones muy “verdaderas” de animales que se creen fantásticos, el ejemplo más claro es un kraken bebé que vive en una tina. Y todos sabemos que las leyendas del kraken son bastante exageradas, lo cierto es que apenas hace una década se descubrió que los calamares gigantes sí existen y hasta se tienen filmaciones de ellos en aguas abisales. Es decir que seguro muchos marineros y pescadores hallaron cadáves, tentaculos o pedazos de lo que ellos creyeron un kraken, pero en realidad es sólo un calamar de 15 o 20 metros que no sale jamás a la superficie.
Y como este ejemplo podrás encontrar un montón de posibilidades para seguir imaginando, descubriendo y valorando la maravilla de la vida en la tierra. Te recomiendo mucho leer esta novela, porque mientras te ríes con las ocurrencias del narrador y te emocionas con la historia, podrás aprender del valor de la diversidad y el respeto que la humanidad debe tener –hoy más que nunca– con todos los seres vivos.
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1zOA66gxsSqSOtcx-pmdcDXitkeUeGz29

Desde Canoa

El día comenzó con desvelo, el desgano de un sueño interrumpido unas cuatro o cinco veces por el llanto del bebé o la tos de la niña. Ser adulto es cansado, pero más sano que ser joven en los excesos y la fiesta eterna.
Fruta, un café y tomar el auto para manejar una hora y llegar al pueblo de Canoa. Ese pueblo es famoso porque hace unos años lincharon a unos jóvenes, se hizo una película y de los motivos reales de tan complicado evento nada en realidad.
Pese a sentir que llegaba tarde adelanté a mis compañeras. La misión de hoy fue llevar un taller de medios a los niños, con Alas y Raíces para los niños de Puebla y Diario El Popular. Les motivamos para que escriban, dibujen y graben sus voces. El resultado se publicará en la sección infantil del periódico y sus grabaciones pasarán los viernes en Arriba Chamaco en la sección “Contar es Imaginar”.
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1XpWGnz-dnZ077nyUjM-QPsQcTw6Tv50q
En la parte más alta del pueblo de Canoa, donde parece terminar el cableado y las calles pavimentadas, está el centro escolar, dedicado a un militar recién fallecido. 
Estacioné mi auto junto a una pequeña laguna, una especie de laguito de temporal del que toman agua las personas y el ganado. Cuando bajé miré un par de botes amarillos en la orilla: activo. Tendrá unos días acaso que los aventaron, no más. No están oxidados ni llenos de agua. El hermoso paisaje contrastaba con las latas amarillas que dan cuenta de esa drogadicción asociada a la pobreza y la falta de opciones de vida. 
Entendí entonces por qué había tantos retenes policiacos durante el camino, estaban deteniendo camionetas, pipas y autos grandes que pudieran estar transportando cosas ilegales. Ni siquiera voltearon a mirarme cuando atravesé los retenes.
Llegaron las compañeras del proyecto y comenzamos a trabajar con dos grupos, uno de quinto y otro de sexto grados. Jugamos paracaídas y dimos los talleres.
Los niños y las niñas jugaban pesado por momentos, pero sin esa malicia disfrazada de inconsciencia que sí he notado en otras escuelas, cachorros maravillosos jugueteando y pasándola bien. No, no sentí violencia en ellos, tampoco ganas de brincarse las reglas o pasar por encima del adulto.
Llego el momento del taller y fue genial descubrir a algunas niñas con un gran potencial para comunicarse. Notar la consciencia tan profunda de su entorno, darme cuenta de que ellas y ellos tienen miedo, están preocupados por la violencia, los robos y el dolor que eso les causa.
Cerramos compartiendo las frases en náhuatl que más les dicen sus abuelos, aquellas tipo: has la tarea o te doy una patada. O las bromas estilo “come caca” qué fascinan a los niños que saben más de un idioma y gustan de hacer bromas a quienes, como yo, a duras penas van dominando una.https://drive.google.com/uc?export=view&id=1uWKJgBarsYD3hagL5Al-dJhirmiUe2Wr
Cuando regresábamos mis compañeras de prensa me contaron lo que había impactado a los chicos apenas unas semanas atrás: a un joven le reventaron la cabeza con una piedra, estaban escritas las crónicas y dibujado el evento. No entiendo esa violencia tan cercana en chicos que no la expresan cotidianamente, ¿algo hay escondido ahí en ese pueblo nahua que no se muestra con facilidad a los visitantes?
No lo sé, sólo sé que la marginación, la pobreza y la ignorancia son presas fáciles de grupos delictivos no precisamente pobres ni marginados, sólo sé que cuando las opciones de vida son cortas hay mucha facilidad para destruir una comunidad, manipularla y utilizarla para fines poco honestos.
Volví descolocado por la parte violenta y feliz a la vez, a mí no me contaron nada de eso, claro que expusieron su enorme preocupación por la violencia, las violaciones, robos y drogadicción, pero también mostraron sus risas, su alegría y esas ganas de hacer de su comunidad un mundo maravilloso.
Y sé que lo lograrán.

martes, 3 de septiembre de 2019

Playmobil La Película: Una crónica sin spoilers

Reseña para Periódico El Popular de Puebla por Martín Corona Alarcón


Cuando los “playmo fans” vimos que se estrenaría una película de nuestros juguetes favoritos comenzamos a hacernos ilusiones, no muchas porque veníamos de la incomprendida serie Súper 4, que no logró éxito por más que pasara en canales de televisión de cable y hasta en Netflix. El corazón ochentero latía fuertemente ante una producción propia de los desarrolladores de estos muñecos maravillosos que han acompañado a muchas generaciones.

No sé otros espectadores, pero con mi familia tuvimos la sala para nosotros. Algo pasa en la fórmula Playmobil-cine que está por comenzar, a diferencia de Lego que saca películas propias y de todos los personajes de los cuales va comprando derechos, un derroche de historias, adaptaciones, versiones, videojuegos, juguetes, coleccionables y la muestra clara de que el juguete hoy es una de las industrias más fuertes del planeta. Sin duda un éxito como casi todo en el siglo XXI: mucho dinero invertido en publicidad, equipos y ese derroche económico sólo es para obtener una ganancia similar.

De las cosas que más me gustan de Palymobil a lo largo de los años es su afán por seguir haciendo juguetes sin un referente cinematografico o televisivo, es decir, que hasta hace poco no pagaban derechos de reproducción de personajes famosos. Sin embargo, la industria lo arrasa todo y cayeron en la compra de Cazafantasmas, Spirit y Cómo entrenar a tu dragón. Las tres series son entrañables, sobre todo los hermosos dragones, juguete que ya nos habían mostrado durante varios años en colecciones medievales e inspiradas en oriente.

Playmobil la película es un primer acercamiento de esta empresa a la pantalla grande con muy buenos resultados. No veremos el típico tono paródico y gracioso de Lego en este lenguaje que está descubriendo playmo, es más una adaptación de ciertas pautas del cine para chicos (canciones, escenas familiares graciosas y entrañables, etc) para aterrizar al mundo del juego aventurero que nos regalan estos juguetes desde su creación.

La anécdota es muy simple y quizá ahí está lo más bello. Una hermana mayor tiene que rescatar a su pequeño hermano en el universo de playmobil de un diorama gigante en una exposición. Personajes de todo tipo les acompañan en esa misión. El desfile es hermoso e interminable: romanos, vaqueros, jipis, vikingos, astronautas, dinosaurios, hadas, pegasos y hasta un pequeño robot de los 80 ataca nuestra nostalgia de fanáticos.

Sí, por ahora es una película para fans, no es una historia que se sostenga demasiado fuerte, quizá porque la apuesta es buscar el impacto en la pantalla grande de este formato que, sospecho, apenas se está anunciando. Pues al igual que Lego, el uso de juguetes como personajes puede hacer cualquier cosa divertida en la pantalla. No olvidemos que Playmobil tiene su propia Enciclopedia de la Historia y por anécdotas interesantes no podría parar.

A mí me faltó ver más a mis personajes de infancia, el cameo a los astronautas de los 80 no me dejó satisfecho, ni tampoco incluir al robot como parte del equipo protagónico. Sin embargo, creo que Playmobil está generando de a poco un lenguaje único, igual que sus juguetes. Un lenguaje que permita otras historias y maneras diferentes de hacer cine de “muñequitos”.

La innovación es sin duda el elemento más interesante que ofrece Playmo desde su creación, cuando pasó de ser una fábrica de soldaditos de plomo a convertirse en la primera casa productora de muñecos de plástico en Alemania y, en su tiempo, se convirtió en el fenómeno mundial que es hoy. A diferencia de otras empresas, la casa Geobra (nombre de la empresa) no apuesta por la velocidad, ni por la compra de derechos, su estrategia es arraigarnos a los consumidores lentamente, con el tiempo necesario. Pues desde que compras un set, sabes que necesitarás tiempo para armar, para jugar, imaginación para divertirte y pasarás muchas horas dandole vida a cada click (nombre común que se le da al muñequito).


Por lo anterior estoy convencido que Playmobil la Película es la primera de muchas otras experiencias que la empresa nos tiene preparadas, pero será lento, poco a poco veremos cómo el ya de por sí enorme universo de Playmobil se irá ampliando, pero esta vez hacia senderos más únicos y novedosos, porque pareciera a ratos que nuestros muñecos favoritos van por sus propios senderos en esta gran aventura que es el mercado del juguete y los contenidos del siglo XXI.