lunes, 21 de octubre de 2019

Playmobil la película: Una reseña sin spoilers

Cuando los “playmo fans” vimos que se estrenaría una película de nuestros juguetes favoritos comenzamos a hacernos ilusiones, no muchas porque veníamos de la incomprendida serie Súper 4, que no logró éxito por más que pasara en canales de televisión de cable y hasta en Netflix. El corazón ochentero latía fuertemente ante una producción propia de los desarrolladores de estos muñecos maravillosos que han acompañado a muchas generaciones.

No sé otros espectadores, pero con mi familia tuvimos la sala para nosotros. Algo pasa en la fórmula Playmobil-cine que está por comenzar, a diferencia de Lego que saca películas propias y de todos los personajes de los que compra derechos. Los muñecos de bloquecitos tienen un derroche de historias, adaptaciones, versiones, videojuegos, juguetes, coleccionables y, al final, son la muestra clara de que el juguete hoy es una de las industrias más fuertes del planeta. Sin duda un éxito muy del siglo XXI: mucho dinero invertido en publicidad, equipos y ese derroche económico sólo sirve para obtener una ganancia similar.

De las cosas que más me gustan de Playmobil a lo largo de los años es su afán por seguir haciendo juguetes sin un referente cinematográfico o televisivo, es decir, que hasta hace poco no pagaban derechos de reproducción de personajes famosos. Sin embargo, la industria lo arrasa todo y cayeron en la compra de Cazafantasmas, Spirit y Cómo entrenar a tu dragón. Las tres series de juguetes son entrañables, sobre todo los hermosos dragones, juguete que ya nos habían mostrado durante varios años en colecciones medievales e inspiradas en oriente.

Playmobil la película es un primer acercamiento de esta empresa a la pantalla grande con muy buenos resultados. No veremos el típico tono paródico y gracioso de Lego en esta nueva apuesta de playmo, ellos generan se acercan más a ciertas pautas clásicas del cine para chicos: canciones, escenas familiares graciosas y entrañables, etc. para aterrizar al mundo del juego libre y aventurero que nos regalan estos juguetes desde su creación.

La anécdota es muy simple y quizá ahí está lo más bello. Una hermana tiene que rescatar a su pequeño hermano dentro de un diorama gigante en una exposición. Personajes de todo tipo les acompañan en esa misión. El desfile es hermoso e interminable: romanos, vaqueros, jipis, vikingos, astronautas, dinosaurios, hadas, pegasos y hasta un pequeño robot de los 80 ataca nuestra nostalgia de fanáticos.

Por ahora es una película para fans, no es una historia que se sostenga demasiado firme por sí misma, quizá porque la apuesta es buscar el impacto en la pantalla grande de este formato que, sospecho, apenas se está anunciando. Pues al igual que Lego, el uso de juguetes como personajes puede hacer divertida cualquier anécdota. No olvidemos que Playmobil tiene su propia Enciclopedia de la Historia y por cosas interesantes que contar no podría parar.

A mí me faltó ver más a mis personajes de infancia, el cameo a los astronautas de los 80 no me dejó satisfecho, ni tampoco incluir al robot como parte del equipo protagónico. Sin embargo, creo que Playmobil está generando de a poco un lenguaje único, igual que sus juguetes. Un lenguaje que permita otras historias y maneras diferentes de hacer cine de “muñequitos”.

La innovación es sin duda el elemento más interesante que ofrece Playmo desde su creación, cuando pasó de ser una fábrica de soldaditos de plomo a convertirse en la primera casa productora de muñecos de plástico en Alemania. A diferencia de otras empresas, la casa Geobra no apuesta por la velocidad, ni por la compra de derechos, su estrategia es arraigarnos a los consumidores lentamente, con el tiempo necesario. Pues desde que compras un set, sabes que necesitarás tiempo para armar, para jugar, imaginación para divertirte y pasarás muchas horas dandole vida a cada click (nombre común que se le da al muñequito).

Por lo anterior estoy convencido que Playmobil la Película es la primera de muchas otras experiencias que la empresa nos tiene preparadas. Pero será poco a poco cómo veremos ampliarse el, ya de por sí enorme, universo de Playmobil. Sólo que esta vez hacia senderos más únicos y novedosos, porque pareciera a ratos que nuestros muñecos favoritos van por sus propios caminos en esta gran aventura que es el mercado del juguete y los contenidos del siglo XXI.




lunes, 23 de septiembre de 2019

Los Extintos de Verónica Cossanteli

Una de las fantasías más recurrentes por el cine y los libros de los años más recientes son las criaturas extintas. Desde Jurasic Park hasta el montón de historias con el Yeti como protagonista, todos nos preguntamos: ¿Cómo sería el mundo si las criaturas extintas, imaginarias y fantásticas estuvieran aquí mismo, conviviendo con nosotros?
Esta idea base es el tema central de la novela Los Extintos que la editorial Planeta trae hasta nuestras manos en esta temporada, una novela de aventuras juveniles con un humor extraordinario. George, el protagonista y narrador de la historia, es un chico divertidísimo y aparentemente desenfadado que se la pasa haciendo chistes muy graciosos para contarnos cómo conoció una singular granja llena de animales extraordinarios, las aventuras que pasa junto a sus nuevos amigos y el terrible problema cuando son atacados por una mujer destructiva y malévola.
Rayando en la caricatura y el cine de aventuras, Los Existintos nos regala entre sus páginas reflexiones maravillosas acerca de cómo enfrentar con empatía y cariño las diferencias. Incluso hay momentos muy claves en la novela donde el lector es invitado a reflexionar acerca del cambio de visión del mundo en el siglo XXI.
Antaño, en la Edad Media por ejemplo, era lógico para los humanos que los dragones fueran seres malévolos, representaciones demoniacas cuya vida en sí era una afrenta contra los humanos. Quizá por ello durante muchos milenios la humanidad se encargó de crear armas y maneras de destruir a todo lo que podía oler a peligro. El mito aquel de San Jorge y el Dragón, que está actualizado bellamente en la novela, es la muestra de lo que afirmo. En cambio hoy, cuando los humanos hemos acabado con más del 80 % de la fauna silvestre de la tierra para poder hacemos cargo de lo que hicieron nuestros ancestros, vamos de a poco aprendiendo a respetar todas las formas de vida, sin importar que puedan parecer un peligro para nosotros.
Hoy vivimos en casas cómodas, calientes y seguras, en ellas no hay lugar para bichos venenosos ni grandes bestias amenazantes, quizá por ello comenzamos a respetar la vida tal como está en la naturaleza. El ejemplo más triste de lo estúpidos que hemos sido como cultura es la extinción del Dodo, ese pájaro gigante e inofensivo que se fue para siempre en su isla sólo por que a los hombres que llegaron a “descubrirlos” les parecía divertido usarlos como tiro al blanco.
Una novela divertida, amable y llena de bases para una reflexión profunda es lo que nos regala “Los extintos”, en ella podrán además conocer las historias y mitologías de mosntruos fascinantes. Algunos de ellos provenientes de las leyendas e historias de antaño, pero otros que tienen apenas unos cuantos años que fueron arrasados de la faz de la tierra por la soberbia y la poca empatía humana.
Si eres fan de la criptozoología esta aventura te encantará, pues en ella aparecen versiones muy “verdaderas” de animales que se creen fantásticos, el ejemplo más claro es un kraken bebé que vive en una tina. Y todos sabemos que las leyendas del kraken son bastante exageradas, lo cierto es que apenas hace una década se descubrió que los calamares gigantes sí existen y hasta se tienen filmaciones de ellos en aguas abisales. Es decir que seguro muchos marineros y pescadores hallaron cadáves, tentaculos o pedazos de lo que ellos creyeron un kraken, pero en realidad es sólo un calamar de 15 o 20 metros que no sale jamás a la superficie.
Y como este ejemplo podrás encontrar un montón de posibilidades para seguir imaginando, descubriendo y valorando la maravilla de la vida en la tierra. Te recomiendo mucho leer esta novela, porque mientras te ríes con las ocurrencias del narrador y te emocionas con la historia, podrás aprender del valor de la diversidad y el respeto que la humanidad debe tener –hoy más que nunca– con todos los seres vivos.
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1zOA66gxsSqSOtcx-pmdcDXitkeUeGz29

Desde Canoa

El día comenzó con desvelo, el desgano de un sueño interrumpido unas cuatro o cinco veces por el llanto del bebé o la tos de la niña. Ser adulto es cansado, pero más sano que ser joven en los excesos y la fiesta eterna.
Fruta, un café y tomar el auto para manejar una hora y llegar al pueblo de Canoa. Ese pueblo es famoso porque hace unos años lincharon a unos jóvenes, se hizo una película y de los motivos reales de tan complicado evento nada en realidad.
Pese a sentir que llegaba tarde adelanté a mis compañeras. La misión de hoy fue llevar un taller de medios a los niños, con Alas y Raíces para los niños de Puebla y Diario El Popular. Les motivamos para que escriban, dibujen y graben sus voces. El resultado se publicará en la sección infantil del periódico y sus grabaciones pasarán los viernes en Arriba Chamaco en la sección “Contar es Imaginar”.
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1XpWGnz-dnZ077nyUjM-QPsQcTw6Tv50q
En la parte más alta del pueblo de Canoa, donde parece terminar el cableado y las calles pavimentadas, está el centro escolar, dedicado a un militar recién fallecido. 
Estacioné mi auto junto a una pequeña laguna, una especie de laguito de temporal del que toman agua las personas y el ganado. Cuando bajé miré un par de botes amarillos en la orilla: activo. Tendrá unos días acaso que los aventaron, no más. No están oxidados ni llenos de agua. El hermoso paisaje contrastaba con las latas amarillas que dan cuenta de esa drogadicción asociada a la pobreza y la falta de opciones de vida. 
Entendí entonces por qué había tantos retenes policiacos durante el camino, estaban deteniendo camionetas, pipas y autos grandes que pudieran estar transportando cosas ilegales. Ni siquiera voltearon a mirarme cuando atravesé los retenes.
Llegaron las compañeras del proyecto y comenzamos a trabajar con dos grupos, uno de quinto y otro de sexto grados. Jugamos paracaídas y dimos los talleres.
Los niños y las niñas jugaban pesado por momentos, pero sin esa malicia disfrazada de inconsciencia que sí he notado en otras escuelas, cachorros maravillosos jugueteando y pasándola bien. No, no sentí violencia en ellos, tampoco ganas de brincarse las reglas o pasar por encima del adulto.
Llego el momento del taller y fue genial descubrir a algunas niñas con un gran potencial para comunicarse. Notar la consciencia tan profunda de su entorno, darme cuenta de que ellas y ellos tienen miedo, están preocupados por la violencia, los robos y el dolor que eso les causa.
Cerramos compartiendo las frases en náhuatl que más les dicen sus abuelos, aquellas tipo: has la tarea o te doy una patada. O las bromas estilo “come caca” qué fascinan a los niños que saben más de un idioma y gustan de hacer bromas a quienes, como yo, a duras penas van dominando una.https://drive.google.com/uc?export=view&id=1uWKJgBarsYD3hagL5Al-dJhirmiUe2Wr
Cuando regresábamos mis compañeras de prensa me contaron lo que había impactado a los chicos apenas unas semanas atrás: a un joven le reventaron la cabeza con una piedra, estaban escritas las crónicas y dibujado el evento. No entiendo esa violencia tan cercana en chicos que no la expresan cotidianamente, ¿algo hay escondido ahí en ese pueblo nahua que no se muestra con facilidad a los visitantes?
No lo sé, sólo sé que la marginación, la pobreza y la ignorancia son presas fáciles de grupos delictivos no precisamente pobres ni marginados, sólo sé que cuando las opciones de vida son cortas hay mucha facilidad para destruir una comunidad, manipularla y utilizarla para fines poco honestos.
Volví descolocado por la parte violenta y feliz a la vez, a mí no me contaron nada de eso, claro que expusieron su enorme preocupación por la violencia, las violaciones, robos y drogadicción, pero también mostraron sus risas, su alegría y esas ganas de hacer de su comunidad un mundo maravilloso.
Y sé que lo lograrán.

martes, 3 de septiembre de 2019

Playmobil La Película: Una crónica sin spoilers

Reseña para Periódico El Popular de Puebla por Martín Corona Alarcón


Cuando los “playmo fans” vimos que se estrenaría una película de nuestros juguetes favoritos comenzamos a hacernos ilusiones, no muchas porque veníamos de la incomprendida serie Súper 4, que no logró éxito por más que pasara en canales de televisión de cable y hasta en Netflix. El corazón ochentero latía fuertemente ante una producción propia de los desarrolladores de estos muñecos maravillosos que han acompañado a muchas generaciones.

No sé otros espectadores, pero con mi familia tuvimos la sala para nosotros. Algo pasa en la fórmula Playmobil-cine que está por comenzar, a diferencia de Lego que saca películas propias y de todos los personajes de los cuales va comprando derechos, un derroche de historias, adaptaciones, versiones, videojuegos, juguetes, coleccionables y la muestra clara de que el juguete hoy es una de las industrias más fuertes del planeta. Sin duda un éxito como casi todo en el siglo XXI: mucho dinero invertido en publicidad, equipos y ese derroche económico sólo es para obtener una ganancia similar.

De las cosas que más me gustan de Palymobil a lo largo de los años es su afán por seguir haciendo juguetes sin un referente cinematografico o televisivo, es decir, que hasta hace poco no pagaban derechos de reproducción de personajes famosos. Sin embargo, la industria lo arrasa todo y cayeron en la compra de Cazafantasmas, Spirit y Cómo entrenar a tu dragón. Las tres series son entrañables, sobre todo los hermosos dragones, juguete que ya nos habían mostrado durante varios años en colecciones medievales e inspiradas en oriente.

Playmobil la película es un primer acercamiento de esta empresa a la pantalla grande con muy buenos resultados. No veremos el típico tono paródico y gracioso de Lego en este lenguaje que está descubriendo playmo, es más una adaptación de ciertas pautas del cine para chicos (canciones, escenas familiares graciosas y entrañables, etc) para aterrizar al mundo del juego aventurero que nos regalan estos juguetes desde su creación.

La anécdota es muy simple y quizá ahí está lo más bello. Una hermana mayor tiene que rescatar a su pequeño hermano en el universo de playmobil de un diorama gigante en una exposición. Personajes de todo tipo les acompañan en esa misión. El desfile es hermoso e interminable: romanos, vaqueros, jipis, vikingos, astronautas, dinosaurios, hadas, pegasos y hasta un pequeño robot de los 80 ataca nuestra nostalgia de fanáticos.

Sí, por ahora es una película para fans, no es una historia que se sostenga demasiado fuerte, quizá porque la apuesta es buscar el impacto en la pantalla grande de este formato que, sospecho, apenas se está anunciando. Pues al igual que Lego, el uso de juguetes como personajes puede hacer cualquier cosa divertida en la pantalla. No olvidemos que Playmobil tiene su propia Enciclopedia de la Historia y por anécdotas interesantes no podría parar.

A mí me faltó ver más a mis personajes de infancia, el cameo a los astronautas de los 80 no me dejó satisfecho, ni tampoco incluir al robot como parte del equipo protagónico. Sin embargo, creo que Playmobil está generando de a poco un lenguaje único, igual que sus juguetes. Un lenguaje que permita otras historias y maneras diferentes de hacer cine de “muñequitos”.

La innovación es sin duda el elemento más interesante que ofrece Playmo desde su creación, cuando pasó de ser una fábrica de soldaditos de plomo a convertirse en la primera casa productora de muñecos de plástico en Alemania y, en su tiempo, se convirtió en el fenómeno mundial que es hoy. A diferencia de otras empresas, la casa Geobra (nombre de la empresa) no apuesta por la velocidad, ni por la compra de derechos, su estrategia es arraigarnos a los consumidores lentamente, con el tiempo necesario. Pues desde que compras un set, sabes que necesitarás tiempo para armar, para jugar, imaginación para divertirte y pasarás muchas horas dandole vida a cada click (nombre común que se le da al muñequito).


Por lo anterior estoy convencido que Playmobil la Película es la primera de muchas otras experiencias que la empresa nos tiene preparadas, pero será lento, poco a poco veremos cómo el ya de por sí enorme universo de Playmobil se irá ampliando, pero esta vez hacia senderos más únicos y novedosos, porque pareciera a ratos que nuestros muñecos favoritos van por sus propios senderos en esta gran aventura que es el mercado del juguete y los contenidos del siglo XXI.



viernes, 30 de agosto de 2019

Diario Negro de Buenos Aires de Buenos Aires

Una reseña por Martín Corona Alarcón publicada en la columna #AndardeJuglar en Periódico El Popular de Puebla.

No voy a decir nada material, 
es sólo que tengo una sensación 
de angustia mi amor. 
Porque me voy a ir de la ciudad, 
que es mi ciudad…
Santiago Behm

Corrían los 90 cuando algunos exponentes del Rock Mexicano comenzaron a convertirse en Rock en tu Idioma, cuando los productores que en Argentina posicionaron al género como el sonido de la nación comenzaron lentamente a meterse en el mercado sonoro dominado por las baladas asquerosas que impuso televisa. Los discos de nuevas bandas llegaban a esos extintos espacios de felicidad: las tiendas de discos, pero los empleados nunca supieron dónde colocarlos, pues no existía una categoría para ellos. Así que había que surfear entre los más extraños acetatos y cassettes para encontrar la aguja en el pajar.

En esas encontré al Juguete Rabioso, una banda inclasificable. No entendías si eran chicos sudamericanos tocando en México o mexicanos muy influenciados por el Rock Nacional del país del sur. Pero sus letras eran maravillosas y potentes, tuvieron un sencillo que sonó en la radio y de pronto desaparecieron. Al igual que muchos grupos de aquella época que, después del boom del Rock en tu Idioma se les retiró el contrato y, como buena industria mainstream, las discográficas se dedicaron a invertir sólo en un par de grupos a los que les vieron más negocio. Sin embargo, su Canción de Ciudad, escrita por Santiago Behm bajista de la banda,se me quedó tatuada en el corazón; la potencia de la interpretación y mis ansias juveniles por dejar el terruño la colocaron en el soundtrack de mi vida.

Muchos años más tarde, el gran amigo Luis Martínez del grupo Bandula publicó que estaba tocando en el regreso de aquella legendaria banda. No dudé ni un momento en rastrear en redes sociales y dar con el vocalista y autor de muchas de sus canciones: Federico Bonasso. Ahí me “cayó la ficha”, nacido en aquella Argentina que da mucho pudor recordar, hijo de la generación que vivió la angustia y el horror del destierro, el miedo cotidiano y la muerte. Llegó a México en la adolescencia y estas latitudes lo acogieron como su país.

Entendí entonces las letras y la música del Juguete Rabioso, sus referencias literarias y esa nostalgia con olor a húmedad del Río de la Plata. El ser de un sitio y vivir en otro, la saudade por una ciudad que no existe más, el deseo de volver a un espacio del ayer, recogiendo pasos que ni siquiera hemos dado nosotros mismos.
Apenas hace un par de días, en Facebook me apareció la portada de Diario negro de Buenos Aires en el muro de Federico y fui a comprarlo. La colección que lo publica Reservoir Books me recordó aquellos años 90 en que sus páginas trajeron a México una literatura ultra violenta y gore que marcó generación.

Y comencé a leer sin poder parar. Una novela ágil y honesta desde la voz de un argen-mex que mezcla con honestidad algún que otro pedazo de lunfardo aderazado con la chingadera mexicana. Una confesión y pequeñas anécdotas que van de lo gracioso y burdo que puede resultar enfrentar las costumbres de un pueblo, hasta lo grotesco del racismo y el sinsentido racional de las búsquedas esotéricas para mostrarnos un mapa íntimo de la nostalgia del desarraigo.

Federico (el alter del autor) nos cuenta que, desde pequeño, eso que llamamos el “yo mismo” estuvo sometido al cambio constante: En el encierro recibíamos entrenamiento también: estudiábamos el mapa de un pasado nuevo que ellos habían inventado por si alguna vez nos enfrentábamos a un interrogatorio. O porque íbamos a salir del país otra vez. Sin embargo, este diario negro nos muestra la búsqueda de quien anhela volver a ser, pero se enfrenta a un laberinto de habitaciones oscuras, perros y cadáveres.

El narrador, ese joven que los 30 ha pasado la mitad de su vida huyendo y la otra en el exilio, se auto define en ese franco pesimismo de héroe tanguero:

¿Y qué haces vos, che?
Hice canciones.
¿Hiciste? ¿Ya hora no hacés más?
Sonreí.
Creo que lo único que valía la pena eran las letras —contesté—. Guardé las letras para ver qué puedo hacer con ellas.

El rompecabezas de metáforas ocultas en cada pequeña anécdota queda fijo en la emoción oscura que nos ofrece ste diario, dejándole al lector que busque las piezas en las referencias a la obra de su autor: las canciones, las películas y, sin duda, los próximos libros que nos ofrecerá.

Aquí no está la crónica detallada del desarraigo, la lágrima fácil de quien retorna a Ítaca cuando ya ha sido derruida y sobre ella construyeron un mini súper atendido por chinos. En las páginas de Diario negro de Buenos Aires está la velocidad narrativa de un escritor de los 90, la potencia violenta de un ojo crítico que se sabe dentro de su propio laberinto y, sobre todo, la apuesta de crear un monstruo de retazos que, sólo al verse completo, cobra sentido.
El lector hábil encontrará una escritura vigente y poderosa, no sólo el registro de la voz de un hijo del exilio, sino la re interpretación de quien decidió transformar la ciudad que habita, pero no aquella construida de edificios, casas y habitaciones; sino la ciudad interior de pequeñas historias que se entrelazan, se comunican o, simplemente, van como islas en el gran viaje de la existencia.

Diario negro de Buenos Aires es una novela que agradecemos con cariño quienes amamos el sur, quienes sobrevivimos a tanto caos de las bromas pesadas que nos sigue jugando la historia en nuestra Latinoamérica tan viva e inasible.


miércoles, 21 de agosto de 2019

El Misterioso Asesinato del Doctor Thallomius

Este texto apareció en Diario El Popular de Puebla el jueves 15 de agosto de 2019
#AndardeJuglar

Una reseña de Martín Corona Alarcón

Me encanta cuando las novelas para jóvenes logran crear un mundo único, cuando puedo entrar en la puerta de esa casa o mirar con calma por una ventana y logró sentir el bosque y su frialdad. Eso, justo eso, me regaló “El misterioso asesinato del Doctor Thallomius”. Cuando comencé a leerla supe que era un viaje del que llegaría al final con una sonrisa, pero fue hasta recorrer la mayor parte del camino que sentí una gran sorpresa.
Nicki Thornton nos ofrece una novela donde se mezclan ingredientes que fascinan a casi todos los chicos de la actualidad: magia, misterio, acción y la lucha constante entre la tradición y las nuevas maneras de asir la realidad. En ella podemos conocer a Seth y quererlo montones por su calidad humana y su espíritu de servicio. Las acciones se desatan cuando le avisan que en el hotel donde él es un empleado (bueno, es casi un esclavo) se realizará una reunión muy especial, que resulta extraordinaria y desata las aventuras.
No adelanto nada si les cuento que el centro de la novela es un asesinato, el título español lo expone con claridad. Hago la aclaración porque en su título en inglés la novela se llama: “El hotel última oportunidad”. En sus páginas, a la manera de las novelas de misterio clásicas el eje será descubrir al autor del crimen, sin embargo la aparición de la magia y descubrir el universo que rodea al protagonista será sin duda un aporte esencial.
Me gusta mucho cómo la autora logra plasmar las relaciones de poder entre la chica, hija de los dueños, y el joven héroe con sus valores de amabilidad y cordialidad. Bajo esta manera de relación que ya queremos erradicar de nuestro mundo y lo mejor es que en el libro esos modos quedan anulados, del modo como quisiéramos pasara en la realidad.
Otro aspecto que me encantó fue la visión de “la magia”, porque en “El misterioso asesinato de Doctor Thallomius” una de las ideas centrales es el conflicto entre la tradición y la apertura a lo nuevo. En el universo que plantea la novela la magia es un secreto guardado por unos cuantos, que jamás debe abrirse a extraños, a gente diversa y, mucho menos, a cualquier persona. Esto conserva una estructura cerrada, pero los nuevos tiempos les piden abrir y generar otros vínculos con el mundo externo, sin duda esta idea es la que más me gusta porque en cierta medida es una lucha que muestra pulsos del mundo actual.
Otro aspecto fascinante es que, como las series de la actualidad, se cuenta completa la historia, no deja cabo suelto de todos los misterios que planteó a lo largo de sus casi trescientas páginas; sin embargo, la riqueza de sus personajes y atmósferas permite que se pueda convertir en un universo mucho más amplio, es por ello que no dudo que su autora escriba secuelas o precuelas de “El misterioso asesinato del Doctor Tallomius”.
Cierro esta reseña citando una parte del libro que, me parece, muestra una manera vigente y acorde a nuestros tiempos:
“La magia es complicada (…) Es un poco como cocinar, (…) Algunos siguen una receta con exactitud y aun así no funciona. Unos creen que es porque necesitas nacer con una chispa de algo, alguna habilidad natural. Y sea cuál sea tu habilidad mágica esta puede variar. Pero perfeccionar incluso la magia más sencilla puede tomar meses de estudio y práctica. La magia es, en su mayoría, un arduo trabajo.”
Este libro está ahora mismo en todas las librerías, editado en México bajo el sello Planeta Junior y con versión en e-book desde el sitio planetadelibros.com.mx

martes, 2 de abril de 2019

Aniversario 100 de Roald Dahl

En días pasados celebramos a nivel mundial los cien años del natalicio de Roald Dahl, un gran escritor del siglo XX que logró crear un modelo de escritura para niños que sigue vigente en lo que ahora llamamos la Literatura Infantil y Juvenil. Si bien Dahl nació en Inglaterra, fue en Estados Unidos donde hizo su carrera como escritor después de haber combatido en la guerra, de ser piloto bombardero y, cuentan algunas fuentes no confirmadas, haber actuado como agente doble Inglaterra-Rusia.
Quizá el nombre de este autor no les diga nada, pero seguro que conocen alguna de las siguientes películas: Charlie y la fábrica de chocolates, Jim y el melocotón gigante, Las Brujas o, la más reciente, Mi amigo el gigante. Su vida literaria estuvo cercana al cine desde sus inicios, como lo cuenta la leyenda del inicio de su escritura.
Durante la guerra cayó su avión de manera muy violenta, estuvo a unto de perder la vida y sin poder ver durante varias semanas. Al salir de ese trance decidió usar una idea muy común entre los soldados: culpar a un gremlin de su accidente. Los soldados jugueteaban con la idea de unos pequeños duendes que destruían sus aviones y eran los verdaderos responsables de los “accidentes” aéreos.
Así que Dahl le dio forma a ese mito de guerra. Creó entonces una novela para niños donde un duende se hace amigo de un piloto y juntos pelean contra los nazis. La misma leyenda cuenta que una vez terminado el manuscrito fue leído por un oficial que tenía conexiones con Walt Disney, una empresa naciente que recibiría con mucho gusto el original. Así fue y comenzaron los preparativos para crear una caricatura basada en la novela The Gremlins. Lamentablemente nunca se logró, dicen que por problemas de derechos. Lo cierto es que años después la idea de los “gremlins” se popularizó bajo el cobijo de la Warner Brothers, con los simpáticos monstruos que de tiernos y abrazables se transforman en demoniacos y demenciales.
Sin embargo, esta historia sólo fue el comienzo de una prolífica carrera literaria. Roald Dahl se convirtió en un gran escritor para niños, creador de novelas, cuentos, canciones y rimas que revolucionaron la manera de escribir para ese público. Si bien sus novelas parten de ciertos canones inamovibles de la época (algunos siguen vigentes hasta ahora como “el protagonista huérfano”), proporcionan muchas otras maneras de ver las cosas “de la infancia”.
Por ejemplo, nos presenta unas brujas capaces de desaparecer a los niños, un cocodrilo que come y cena niños y niñas, unos padres vulgares y tontos preocupados sólo por tener más dinero y otros muchos excesos del mundo real. Además, sus texto están cargados de humor negro, de ironía y, sobre todo, de referencias. Usando la metáfora como manera de decir muchísimas cosas bajo la apariencia de simpleza o inocencia.
Un ejemplo claro es su cuento en verso: el cerdo, que abre el libro: “Qué asco de bichos”. En el cual habla de un cerdo inglés que se hace consciente de que será convertido en comida para humanos. A diferencia de una anécdota de reconciliación o amistad, Dahl nos muestra cómo el cochino engulle al granjero, simplemente “le gana la mano”.
No es de extrañarse el discurso sobre el sentido de la vida, similar al de  Hamlet del proveedor de jamón y la clara referencia a un pueblo que durante los siglos XVIII, XIX y XX se convirtió en quien “gana la mano” en el mundo mediante ingenio, industria y mucha astucia.
Dahl es sin duda un clásico del siglo XX, sus novelas fueron y siguen siendo maravillosos espacios de empoderamiento de los niños. Mientras sus crónicas nos muestran algo importantísimo para todos: cómo fue el mundo en otros momentos. Sus rimas son divertidas y ácidas, retratan maneras nuevas de personajes clásicos y todo este conjunto hacen de Dahl un imprescindible en cualquier biblioteca.
La combinación perfecta en sus libros la completan las ilustraciones de Quentin Blake, un ilustrador que innovó en el estilo de hacer plástica para niños, ya que al igual que Dahl su estilo no está basado en la belleza cursi y almibarada, sino en la energía en el trazo, en la fuerza de la imagen más que en un derroche técnico.

Ambos, Dahl y Blake, tienen libros por separado pero sin duda los que han hecho juntos marcaron la literatura y abrieron una brecha para lo que hoy entendemos como Literatura Infantil y Juvenil.