Martín Corona Alarcón
Cuando alguien
hace algo y no le sale muy bien suele decir que está “dominando el arte de”. Es
mi caso, ya que estoy dominando el arte de la columna. Aunque trabajo mucho en
no usarla para exponer las problemáticas comunes a los ámbitos “culturales” y
los presupuestos para las artes, eso siempre funciona. De hecho, es lo que se
espera de una columna: entrar al golpeteo político y mediático.
Y en ese juego de
dominar el arte, debo aclarar que no tiene en realidad ningún arte, no en sí
escribir una columna pero sí en hacerla atractiva, divertida y amable pese a no
incurrir en el escándalo. Así que no hablaré por ahora de las instituciones
culturales dirigidas por vivales que sólo buscan abusar de los creadores, ni
tampoco de las buenas voluntades de asociaciones y fundaciones cuyo presupuesto
en un 80% es para operar y, a veces con suerte, el otro 20% para cumplir el
cometido que tanto difunde.
Y en este juego
de hablar de cosas importantes sin incurrir en el escándalo o el juego ese de
la piñata (que consiste en pegar durísimo con la izquierda y tomar los dulces
que caen con la derecha), hablaré hoy de las Ferias del Libro.
Y para ello usaré
los 5 puntos que debes tomar en cuenta para acercarte, conocer y ser parte de
una Feria del Libro. No importa si es Nacional, Internacional, Escolar o de tu
delegación, barrio o colonia.
Punto 1: hartos y
diversos libros
Las Ferias del
Libro o de la Lectura son espacios que aglomeran la mayor cantidad posible de
libros diversos, sea mediante muchos libreros (vendedores de libro como
librerías y distribuidores) o sea por medio de las propias editoriales. Así que
lo que hallarás en una feria del libro o la lectura serán: libros.
¿Por qué hacer
una feria para objetos que están siempre en las librerías? Porque mediante
estos eventos la gente tiene posibilidades de conocer diversas ediciones,
editores y novedades; además de haberse convertido desde hace algunos años en
un evento maravilloso para la difusión del objeto libro. Sí, ya sé que hasta
hace unos 5 años eran poquísimas las ferias del libro, además exclusivas y
hasta elitistas, pero esto cambió hace algunos años. ¿Por qué? Porque a nivel
mundial los índices de lectura de un mercado como México (perdón donde dice
“mercado” debe decir “grupo de consumidores”) eran muy bajos, así que a nivel
mundial se invirtió en fomentar y elevar los niveles de lectura de los
mexicanos. ¿Recuerdan aquel glorioso 2012 año de la lectura? Bueno, fue una movida
internacional que, para fortuna del mundo del libro, va logrando buenos
resultados.
Punto 2: para
toda la familia
Sí, ya sé que la
mayoría cree que la cultura es obligatoriamente aburrida. Y también estoy muy
consciente que aburrida ha sido hasta ahora, porque la auto proclamada alta
cultura fue durante mucho tiempo un filtro que evitaba a las clases bajas y
poco preparadas entender, comprender y tener acceso a la información e ideas de
las clases altas o privilegiadas, el abolengo, el roce social y todos esos
estándares decimonónicos.
Sin embargo, a
partir de la segunda mitad del siglo XX esos códigos refinados y complejos
quedaron casi en des huso a cambio de lo Pop, de lo popular. Para nadie es
novedad que se privilegia lo que gusta al público, lo que agrada a la gente por
sobre lo que debiera ser o ha sido correcto.
De ese modo una
feria del libro o la lectura siempre tendrá un corte familiar, espacios para
compartir con lo más pequeños y, sobre todo, espectáculos, conciertos y hasta
presentaciones cuyos contenidos no sean para adultos. Claro que no falta el
organizador descuidado que deja pasar alguno que otro evento subido de tono sin
avisar, pero por fortuna son los menos
Punto 3: espacios
para niños
Si algo es
maravilloso de las ferias actuales son sus carteleras infantiles. Aquellas que
buscan llevar grupos de música diferente y amena, de contenido y letras que dan
mensajes positivos. Los cuenta cuentos y las obras de teatro dedicadas a la
infancia, los talleres diversos e imaginativos, una variedad de actividades
formativas relacionadas directa o indirectamente con el libro.
Claro que no
todas las ferias tienen esta visión, muchas se conforman con crear una
programación que se repite diariamente o, peor aún, plagada de “espacios para
lectura” o “lectura libre” o “maratón de lectura” que no sólo ahuyenta a la
gente, sino que habla del poco interés que tienen en abrir sus espacios a más
tendencias, maneras y promotores de la lectura.
Punto 4: paseo
familiar
Las feria del
libro son un paseo maravilloso para las familias, para los amigos y las
parejas. Hace años, cuando trabajé en una librería supe que la gente acude a
los espacios culturales relacionados con el libro siempre buscando algo, a
veces son libros. Además nos permite mirarnos a los ojos, encontrar nuevas
maneras de entretenimiento, formación y lo más importante: experiencias que se
volverán historias que nos reunirán nuevamente.
Sin duda ir a
pasar el rato a una feria del libro es una experiencia fascinante en familia,
con amigos y hasta con la novia o novio en turno.
Punto 5: son
Gratis
Y el más importante
de todos es que son gratuitas. Y ojalá sigan siendo así, hasta hace poco tiempo
los gobiernos tenían un presupuesto para estas actividades, sin embargo, como
pasa en otros muchos rubros de la misma cultura, cada vez hay menos dinero para
estas. Por ello será de suma importancia la inversión de la iniciativa privada
y la vinculación de muchos actores diversos en la realización de estos eventos.
Sin dejar nunca de lado, la clara rendición de cuentas y una inteligente
evaluación de su impacto, para que las ferias del libro son sean sólo una moda
pasajera, sino que sigan siendo la plataforma ideal para mejorar la manera de
acercarnos a las artes y la cultura como niños y familias.
Mérida, Yucatán. 16 de marzo de 2016
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