martes, 10 de mayo de 2016

5 puntos para acercarse a las Ferias del Libro



Martín Corona Alarcón

Cuando alguien hace algo y no le sale muy bien suele decir que está “dominando el arte de”. Es mi caso, ya que estoy dominando el arte de la columna. Aunque trabajo mucho en no usarla para exponer las problemáticas comunes a los ámbitos “culturales” y los presupuestos para las artes, eso siempre funciona. De hecho, es lo que se espera de una columna: entrar al golpeteo político y mediático.
Y en ese juego de dominar el arte, debo aclarar que no tiene en realidad ningún arte, no en sí escribir una columna pero sí en hacerla atractiva, divertida y amable pese a no incurrir en el escándalo. Así que no hablaré por ahora de las instituciones culturales dirigidas por vivales que sólo buscan abusar de los creadores, ni tampoco de las buenas voluntades de asociaciones y fundaciones cuyo presupuesto en un 80% es para operar y, a veces con suerte, el otro 20% para cumplir el cometido que tanto difunde.
Y en este juego de hablar de cosas importantes sin incurrir en el escándalo o el juego ese de la piñata (que consiste en pegar durísimo con la izquierda y tomar los dulces que caen con la derecha), hablaré hoy de las Ferias del Libro.
Y para ello usaré los 5 puntos que debes tomar en cuenta para acercarte, conocer y ser parte de una Feria del Libro. No importa si es Nacional, Internacional, Escolar o de tu delegación, barrio o colonia.

Punto 1: hartos y diversos libros

Las Ferias del Libro o de la Lectura son espacios que aglomeran la mayor cantidad posible de libros diversos, sea mediante muchos libreros (vendedores de libro como librerías y distribuidores) o sea por medio de las propias editoriales. Así que lo que hallarás en una feria del libro o la lectura serán: libros.
¿Por qué hacer una feria para objetos que están siempre en las librerías? Porque mediante estos eventos la gente tiene posibilidades de conocer diversas ediciones, editores y novedades; además de haberse convertido desde hace algunos años en un evento maravilloso para la difusión del objeto libro. Sí, ya sé que hasta hace unos 5 años eran poquísimas las ferias del libro, además exclusivas y hasta elitistas, pero esto cambió hace algunos años. ¿Por qué? Porque a nivel mundial los índices de lectura de un mercado como México (perdón donde dice “mercado” debe decir “grupo de consumidores”) eran muy bajos, así que a nivel mundial se invirtió en fomentar y elevar los niveles de lectura de los mexicanos. ¿Recuerdan aquel glorioso 2012 año de la lectura? Bueno, fue una movida internacional que, para fortuna del mundo del libro, va logrando buenos resultados.

Punto 2: para toda la familia
Sí, ya sé que la mayoría cree que la cultura es obligatoriamente aburrida. Y también estoy muy consciente que aburrida ha sido hasta ahora, porque la auto proclamada alta cultura fue durante mucho tiempo un filtro que evitaba a las clases bajas y poco preparadas entender, comprender y tener acceso a la información e ideas de las clases altas o privilegiadas, el abolengo, el roce social y todos esos estándares decimonónicos.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX esos códigos refinados y complejos quedaron casi en des huso a cambio de lo Pop, de lo popular. Para nadie es novedad que se privilegia lo que gusta al público, lo que agrada a la gente por sobre lo que debiera ser o ha sido correcto.
De ese modo una feria del libro o la lectura siempre tendrá un corte familiar, espacios para compartir con lo más pequeños y, sobre todo, espectáculos, conciertos y hasta presentaciones cuyos contenidos no sean para adultos. Claro que no falta el organizador descuidado que deja pasar alguno que otro evento subido de tono sin avisar, pero por fortuna son los menos


Punto 3: espacios para niños

Si algo es maravilloso de las ferias actuales son sus carteleras infantiles. Aquellas que buscan llevar grupos de música diferente y amena, de contenido y letras que dan mensajes positivos. Los cuenta cuentos y las obras de teatro dedicadas a la infancia, los talleres diversos e imaginativos, una variedad de actividades formativas relacionadas directa o indirectamente con el libro.
Claro que no todas las ferias tienen esta visión, muchas se conforman con crear una programación que se repite diariamente o, peor aún, plagada de “espacios para lectura” o “lectura libre” o “maratón de lectura” que no sólo ahuyenta a la gente, sino que habla del poco interés que tienen en abrir sus espacios a más tendencias, maneras y promotores de la lectura.

Punto 4: paseo familiar
Las feria del libro son un paseo maravilloso para las familias, para los amigos y las parejas. Hace años, cuando trabajé en una librería supe que la gente acude a los espacios culturales relacionados con el libro siempre buscando algo, a veces son libros. Además nos permite mirarnos a los ojos, encontrar nuevas maneras de entretenimiento, formación y lo más importante: experiencias que se volverán historias que nos reunirán nuevamente.
Sin duda ir a pasar el rato a una feria del libro es una experiencia fascinante en familia, con amigos y hasta con la novia o novio en turno.


Punto 5: son Gratis
Y el más importante de todos es que son gratuitas. Y ojalá sigan siendo así, hasta hace poco tiempo los gobiernos tenían un presupuesto para estas actividades, sin embargo, como pasa en otros muchos rubros de la misma cultura, cada vez hay menos dinero para estas. Por ello será de suma importancia la inversión de la iniciativa privada y la vinculación de muchos actores diversos en la realización de estos eventos. Sin dejar nunca de lado, la clara rendición de cuentas y una inteligente evaluación de su impacto, para que las ferias del libro son sean sólo una moda pasajera, sino que sigan siendo la plataforma ideal para mejorar la manera de acercarnos a las artes y la cultura como niños y familias.


Mérida, Yucatán. 16 de marzo de 2016






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